viernes, 29 de mayo de 2009

Sueño tus recuerdos

Para quitarme el frío solo tengo tus recuerdos. Recuerdos de los besos que me diste y de los que nunca me diste. Recuerdos que me inventé para matar la soledad. Recuerdos de noches frías que nos congelaron el corazón.

Me arropo con ellos en las noches de invierno y hablo con la luna que ya no quiere dejar su luz en mi cuarto, que ya está cansada de decirme que nosotros solo fuimos dos almas llorando al compás de nuestros corazones rotos.

Yo creo que solo fuimos dos versos que no encajaban en ningún poema. Dos actores que no supieron interpretar su papel. Dos duendes de parque perdidos en la ciudad. Dos alas desplumadas que nunca supieron volar.

Quizá hoy, quizá mañana o quizá nunca volvamos a olvidar juntos la soledad de nuestras almas. Pero yo seguiré soñando tus recuerdos.

martes, 19 de mayo de 2009

Game over

Hoy me he vuelto a dar de cabezazos contra la pared. Por callar. Por no llorar.

Hoy me han ganado la partida porque ya me da igual. Porque no vale la pena perseguir un imposible. Porque estoy cansada. Porque no se puede comprender lo incomprensible. Porque jugué a controlar lo incontrolable y acabé controlada. Porque los sentimientos no se pueden bloquear por siempre porque son lo que nos hace humanos. Porque se me rompió el escudo y se me doblaron las flechas.

Pero hoy el dolor rompió el encantamiento y he vuelto a sentir y ahora sé que estoy viva. Y ahora sé que vuelvo a ser yo.

viernes, 8 de mayo de 2009

Quiero


Quiero que cuando sea fuego tú seas mis ascuas, cuando sea agua las gotas que me componen, la arena de mi tierra, la fuerza de mi huracán, la calma de mi brisa.
Quiero que me apagues cuando queme demasiado, que me bajes los pies de las nubes, que luches contra mí cuando sea huracán y que dejes que te abrace cuando sea brisa.
Quiero que tú también te transformes, que me dejes entrar en tus sueños y yo te haré sitio en mi maleta. Que me hagas un hueco en tu corazón que quizá está cansado, ocupado, dolido y roto, como el mío. No quiero adueñarme de él. Sólo quiero ser yo misma, contigo mismo. Con mis contradicciones y con las tuyas. Con mis defectos y con los tuyos. Con mis manías y con las tuyas. No hace falta que seamos nada, sólo nosotros.

Si no quieres ser las ascuas de mi hoguera, las gotas de mi agua, la fuerza de mi huracán ni la calma de mi brisa. Si no quieres apagarme cuando arda, ponerme los pies en la tierra, luchar contra mí o abrazarme, lo entenderé. Entenderé que el miedo nos volvió a ganar la partida.

Siempre para encontrarme tengo que perderme

Vestida para matar salió a la calle en busca de su presa. Segura de que se había disfrazado para que la desnudasen, entró en un bar. Atisbó a la víctima entre la bacanal de cuerpos que, sudorosos, se movían al compás de la música. Cuando sus miradas se cruzaron, supo que sus manos recorrerían aquel cuerpo aquella noche. Sin embargo, se acercó, lo devoró y se marchó tan rápido como había llegado. Sin despedidas. Sin lágrimas. Sin palabras. Sin sentimientos.

Una vez en casa, buscó hallar en sí misma el fuego que había dejado olvidado en aquel bar, para cobijarse del frío de la noche. Pero estaba perdida, y sola. Aquella noche, volvió a encontrarse.


lunes, 4 de mayo de 2009

Ya sólo te veo en sueños


De repente se apagó la luz y el silencio de la noche les dejó encontrarse. Se buscaron sin verse. Se cruzaron sin querer. Se desearon. Se besaron. Las manos de él se adueñaron de cada milímetro de la piel de ella. Se quisieron en la oscuridad porque podían esconderse. Sus corazones nunca se amaron.


Cuando salió el sol, ya no quedaba nada. Sólo el recuerdo de unas caricias irreales, sin sentido, y el vacío de un corazón que se sentía más solo que nunca.

domingo, 3 de mayo de 2009

Podría ser la gota de lluvia que pusiera un poco de sal en tu vida.

Te busco y me hago pequeña para encontrarte. Te veo en mis sueños y encuentro el camino para entrar en los tuyos. Me abandono y dejo que me inunden todos esos espejismos de recuerdos vacíos que me llenan por dentro.
Me siento pequeña, perdida...No soy yo misma, soy la que tú quieres que sea. Pero soy pequeña y estoy indefensa y tú eres Mayúsculo. Yo, minúscula.
Me hago tan pequeña que entro en tu cerebro por tu oreja escondida en un susurro de palabras sin sentido. Navego a la deriva en la fábrica de tus pensamientos y me hago un sitio en el centro de tu corazón. Pero me canso y salgo por tus ojos en forma de lágrima.
Esa soy yo. Estoy salada porque me cansé de ser dulce.
Podría ser la gota de lluvia que pusiera un poco de sal en tu vida.