lunes, 25 de enero de 2010

Querer es bonito, pero querer a quien no te quiere...

Hacía mucho tiempo que Helena no se dormía con ese dolor de cabeza que te entra cuando te has pasado horas llorando.

Llegó a casa y hacía frío, después del fin de semana con la calefacción apagada y en pleno enero es normal que haga frío en casa. Pero era un frío diferente, un frío de soledad y no lo sentía fuera sino dentro de ella.

Intentó pensar en él para encontrar un poquito de calor y entonces fue cuando empezó a llorar. Y fue una noche de convencimientos y de dudas. Sintió que volvía a la adolescencia y se veía a sí misma con 7 años menos, llorando por otro corazón, pero por las mismas razones y sentía ese mismo vacío en el pecho mezclado con dolor.

Tiene que decirle que le quiere de verdad aunque sabe que él a ella no la quiere, que su corazón de alguna manera está ocupado, o protegido. Y ella nunca tendrá un sitio en él, por mucho que luche.

Pobre Helena que para reconocer que está enamorada ha tenido que probar otra boca y sentirse desgraciada y sucia y odiarse un poco por engañarse a sí misma y por ser incapaz de decir lo que siente.

Pobre Helena que tardará poco en dejarle de querer, o mucho, pero él nunca lo sabrá.

1 comentario:

  1. Cuando esas cosas pasan, no sé qué es lo mejor, pero sí sé que es bueno quedarse con:
    1.- la satisfacción de saber hasta dónde llega la capacidad de uno para querer.
    2.- no se sabe si, de haberse concretado una relación, habría sido tan estupendo como se sueña.
    3.- que le quieran a uno EN LA MISMA MEDIDA (y no en otra) no es fácil, así que... por qué perder la paciencia y darlo todo por perdido.
    Saber esperar sin precipitarse tiene premio para mucha gente.
    THE RURAL ALBERTA ADVANTAGE me han dejado tan alucinado que no salen de mi Spotify. Me alegra que a ti tb te gusten.
    Un beso.

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