Me gusta mirarme en la inmensidad de tus ojos porque me siento segura.
En esos ojos tristes de los que solo a veces logro arrancar una sonrisa.
En esos ojos que, poco a poco, van dejando su huella en mi corazón.
En esos ojos tristes de los que solo a veces logro arrancar una sonrisa.
En esos ojos que, poco a poco, van dejando su huella en mi corazón.
Hoy tú has hecho que brille mi mirada y mis ojos han sonreído por ti.
Porque hoy me has regalado una milésima de segundo de felicidad, de esas que yo me guardo en el bolsillo, para sonreír cuando ando sola por las calles de Madrid.
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